Aun sin experiencia, estoy seguro de que el amor verdadero, ese que todos anhelan tener y poseer como si fuera un complemento más que puedes meter en alguno de tus bolsillos, solo para llevarlo encima… se trata, en realidad, de encontrar a alguien que entienda la vida de la misma forma que tú.
La idea de amor que tenemos no es la real. No es la que debería ser. No es la que, naturalmente, debería salir del corazón de los hombres. Y eso es porque no es nuestra.
Es un producto diseñado y vendido por otros. En el Amor no hay expectativas, ni contratos laborales, ni encarcelamientos auto-inducidos. Amor no es posesión; es respeto y es admiración. Amor es dar; es compartir y reír bien acompañado.
El amor no solo está referido a la persona que escoges como pareja; el Amor puede encontrarse en todas partes.
Surge libremente, o no surge; no se fuerza ni se espera ni se mendiga. Y una vez que nace, hay que cuidarlo, hay que mimarlo y alimentarlo para que siga creciendo y, cuando hubiese crecido, hay que seguir mimándolo para que se mantenga sano; y si hubiéramos cumplido con todo esto, posiblemente acabaría por convertirse en Amor incondicional, el más valioso de todos. Algo que podría existir hoy y también mañana... Algo atemporal. Algo infinito, algo real.
Virtuoso serás si, en estos días, eres capaz de intuirlo, sentirlo y honrarlo.
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